REFLEXIONES


Enfermedad del Corazón Texto: Zacarías 7:8-14


Las compañías farmacéuticas facturan miles de millones de dólares vendiendo medicamentos que evitan el endurecimiento de las arterias, una enfermedad que puede llevar a ataques cardíacos, los cuales matan a miles de personas cada día.

Sin embargo, una enfermedad más grave que el endurecimiento de las arterias, es el endurecimiento del corazón, y ningún medicamento milagroso puede evitarlo.
El profeta Zacarías les advirtió a los israelitas acerca de ello. Ellos habían endurecido sus corazones y se negaron a escuchar las palabras del Señor. Los síntomas de esta condición mortal fueron su negativa a ejecutar verdadera justicia y su fracaso en mostrar misericordia y compasión (Zacarías 7:9). Como resultado de ello, el Señor se enfureció y dejó de escucharles (v. 13).

Si bien es importante impedir que se forme una obstrucción en nuestras arterias, aún más importante es impedir que nuestros corazones se vuelvan insensibles a las personas que son importantes para Dios: las viudas, los huérfanos, los extranjeros y los pobres (v. 10).
Es de importancia crucial seguir las órdenes de nuestro doctor para evitar que nuestras arterias se endurezcan. Pero aún más crucial es obedecer a Dios para evitar que nuestros corazones se endurezcan a las necesidades de los demás.“No endurezcáis vuestro corazón” Salmo 95:8   Amar a Cristo es tener compasión por los demás.

La lengua: nada mejor y peor

Un mercader griego y rico quería dar un banquete con comidas especiales.
Llamó a su esclavo y le ordenó que fuera al mercado a comprar la mejor comida.
El esclavo volvió con un bello plato cubierto con un fino paño.
El mercader removió el paño y asustado dijo: - ¿Lengua? ¿Es éste el plato más delicioso que encontraste?
El esclavo, sin levantar la cabeza, respondió:  - La lengua es el plato más delicioso, si señor.

Es con la lengua que usted pide agua, dice "mamá", hace amistades, conoce personas, distribuye sus bienes, perdona. Con la lengua, usted conquista, reúne a las personas, se comunica, dice "Dios mío", canta, cuenta historias, guarda la memoria del pasado, hace negocios, dice "yo te amo" y habla bien.

El mercader, no muy convencido, quiso testear la sabiduría de su esclavo y lo envió nuevamente al mercado, ordenándole que trajera el peor de los alimentos.

Volvió el esclavo con un lindo plato, cubierto por fino tejido que el mercader retiró, ansioso, para conocer el alimento más repugnante.
- ¡Lengua, otra vez! dijo el mercader, espantado.
- Si, lengua, dijo el esclavo, ahora más altivo.
Es la lengua que condena, separa, provoca intrigas y celos. Es con ella que usted blasfema y manda al infierno. La lengua expulsa, aísla, engaña al hermano, responde a la madre, ofende al padre... La lengua declara guerra. Es con ella que usted pronuncia la sentencia de muerte.
No hay nada peor que la lengua y no hay nada mejor que la lengua. Depende del uso que Usted haga de ella.  Y sin esperar respuesta, el siervo hizo una reverencia y se retiró.

Salmos 141:3 Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.



No hay comentarios:

Publicar un comentario